Evitando el pleito
En las películas queda bastante bien lo de ir a juicio, sobre todo teniendo en cuenta que habitualmente ganan los buenos, los de la peli.
El cine no presenta ese tipo de victoria como perfecta, sin repercusiones de ningún tipo, incondicional vaya.
Y quizás por eso, así como por la falta de experiencia que habitualmente se da en la gente de a pie -que somos la mayoría-es por lo que a nivel general no se es consciente de todo lo que provoca un juicio a su alrededor, es decir, las afectaciones que tiene en la vida personal y la profesional de los litigantes, especialmente si se trata de un juicio de familia -divorcios, etc.-
Y es que, desde el plano más personal, se suele pasar un alto grado de nerviosismo, cuesta algo más conciliar el sueño, y la cabeza suele llenarse de preocupaciones.
También ocurre que la relación con los familiares se ve deteriorada cuando el pleito les afecta a ellos de algún modo. Conozco familias que se han roto a causa de un proceso judicial.
Por tanto, suele ser buen consejo el hacer caso a ese popular dicho “más vale un mal acuerdo que un buen pleito”, pues suele ganarse así tiempo, tranquilidad y paz, lo que a la larga suele ser rentable, por no hablar el ahorro económico que supone esta opción.
Ahora, tampoco vale cualquier acuerdo claro, que estamos hablando a nivel genérico, luego cada caso es un mundo.
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